Las fuerzas contrarias que están en nosotros (que nos empujan en sentidos opuestos) se neutralizan al hacer Yoga.
De esta manera, nos aproximamos al estado de “lago en calma”, es decir, la práctica yóguica podría definirse como una meditación en movimiento.
La meditación es un elemento inherente al Yoga, es una de
las identificaciones que le diferencia de otras prácticas gimnásticas. Meditar es cursar el camino que nos conduce a poner orden en
nuestro interior y a purificarnos.
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